lunes, 29 de enero de 2018

Y POR FIN LA PAZ...

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Hace apenas una semana que sabemos que te fuiste. Fue una muerte temida y anunciada, incluso por ti. Te perseguían lo que siempre creímos paranoias que hasta te llevaron a ingresos hospitalarios. "Me van a matar y simularán que es un suicidio".......
He ¿superado? la muerte de mi primer hijo, la de mis padres, a quienes adoraba. Pero esto tuyo no había forma de afrontarlo. Mucho muchísimo dolor, pero sobre todo ninguna paz.
Ayer, mi amigo sacerdote, Joaquín , por medio del Sacramento de la Reconciliación me devolvió esa paz que tanto echaba de menos. Me hizo aceptar que tu muerte fue por una enfermedad de tu cerebro. Y aunque el corazón diga otra cosa, no pudimos hacer nada más que lo que hicimos.
SIEMPRE me quedará la duda. Porque repetiste hasta la saciedad que JAMÁS te suicidarías, primero porque eras cristiano. Y también por no dejar esa losa tan grande como herencia a tus hijos, a los que adorabas más que a nadie en este mundo y de los que estuviste privado, y de qué forma. Que Dios perdone a los responsables...("los, artículo indeterminado, expresa a ambos géneros, femenino y masculino". RAE).
Te querré, cada día de mi vida. Te añoraré, también cada día de mi vida. Mil besos, querido hermano.

viernes, 26 de enero de 2018

Y te vas, y te vas...y no te has ido

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No hay palabras en el mundo, no son suficientes, o no se han inventado, ninguna expresa el dolor que siento, la culpa, el desamparo, la inmensa soledad, el peso de la injusticia...y lo peor, pensar que llamaste y no te abrí, gritaste y no te oí o no te quise oír...suplicaste y fui una piedra insensible. Ahí donde estás tú sí puedes perdonarme. Yo creo que no podré hacerlo nunca.


LOBO,¡VEN!

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Nuestras camas eran de cuerpo y medio. De madera de color claro. Un armario con una cajonera enorme a los pies. Una mesilla. No recuerdo cómo era la lámpara. Yo dormía en la de la derecha. Y me despertaba con miedo. Siempre miedo al lobo. Y me iba a tu cama . Tú dormías despatarrao, ocupando toda la cama. Yo hacía malabares para no despertarte, ahora en una esquina, ahora en otra...Pero te acababas despertando siempre. ¿Qué, tienes miedo?¿al lobo?. ¡Lobo ven!. ¿Ves?, no viene, ¡porque no hay!. Te agradeceré toda la vida, que me hicieras un hueco a tu lado, desde ese momento dormíamos a pierna suelta... Sólo teníamos tú 6 ó 7 años y yo 3 menos...
Cuando rondabas los 15 era yo quien te abría la ventana, ¡qué sustos me dabas!, para que nadie se enterara de que llegabas tarde, y me cambiaba a otra cama para que tú durmieras en la mía y así no hacer ruido...