
No hay palabras en el mundo, no son suficientes, o no se han inventado, ninguna expresa el dolor que siento, la culpa, el desamparo, la inmensa soledad, el peso de la injusticia...y lo peor, pensar que llamaste y no te abrí, gritaste y no te oí o no te quise oír...suplicaste y fui una piedra insensible. Ahí donde estás tú sí puedes perdonarme. Yo creo que no podré hacerlo nunca.
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