La Iglesia ha dedicado el mes de  mayo a María, a la dulce Reina de nuestras vidas,  es por eso que comenzando con una simple oración le  regalamos nuestro corazón:
  Oh María, oh dulcísima, oh dueña mía!.  Vengo a entregarte lo poco que poseo yo, pues sólo  tuyo soy para que lo pongas en oblación ante el  Trono de nuestro Señor. Te doy mi voluntad, para que  no exista más y sea siempre la Voluntad del Padre  Celestial.
  Cada día del mes de mayo tiene que ser  una flor para María. Por eso le regalaremos en cada  jornada de su mes una meditación, una oración, una decena  del Santo Rosario y una florecilla. De este modo iremos  formando un ramo de flores para nuestra Reina del Cielo  que nuestros ángeles custodios le llevarán en actitud de veneración.
 
  Flor del 1 de mayo: Santa María Fiesta de San José  Obrero, su castisimo esposo.
  Meditación: “El nombre de la Virgen era  María” (Lucas 1,27). Según la tradición cristiana a la Santísima  Virgen le impusieron ese nombre por especial designio de Dios,  significando en arameo Señora, en hebreo Hermosa y en egipcio  Amada de Dios.
  Oración: ¡Oh hermosa Señora, nos alegramos en  tu Hijo Resucitado ya que Dios te ha amado tanto  para hacerte Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y  Madre de Su Hijo!. Amén.
  Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez  Avemarías y Gloria).
  Florecilla para este día: Hacer un especial examen  de conciencia por la noche, antes de ir a dormir.
                                          
 
  Flor  del 2 de mayo: Lirio Perfecto de Dios
  Meditación: “Hágase en  mi según Tu Palabra”. “El que haga la Voluntad de  Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”  (Marcos 3,35). María cumplió como nadie la Voluntad de Dios.  Esto vale más que todos los demás dones suyos, sean  cualidades humanas o gracias espirituales. Del mismo modo, por cumplir la Voluntad del Padre, Jesús sufre Su Pasión y Muerte, alcanzándonos la Redención.
  Oración: ¡Oh María, Preciosísima, Cáliz de Amor!. Te ofrecemos nuestro corazón para que lo guardes junto a  vos, uniéndolo al de tu Hijo Dios, como entrega de  amor. Amén.
  Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
  Florecilla  para este día: Prontitud y alegría para el trabajo, empezando  por levantarme sin pereza y agradeciendo a Dios por un  nuevo día.                                                                      
 
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